Clifford Adams y Bettina Gutiérrez
El microbioma es una gran población de microorganismos en el tracto gastrointestinal que desempeña un papel importante en el mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades. Se desarrolla en los bebés humanos inmediatamente después del nacimiento y la lactancia materna es particularmente ventajosa porque la leche materna contiene varios oligosacáridos (HMO) que son prebióticos que apoyan el establecimiento del microbioma. El microbioma también tiene múltiples efectos en lugares alejados del tracto gastrointestinal. El reconocimiento del eje microbioma-intestino-cerebro indica que el microbioma desempeña un papel clave en el funcionamiento del cerebro. También influye en la regulación inmunológica, el sistema endocrino y el sistema nervioso central. Es un objetivo de intervención terapéutica para varios problemas de salud; trastornos gastrointestinales, índices de desarrollo como la cognición, la ansiedad, el estado de ánimo y la sociabilidad y la terapia del cáncer. Los componentes dietéticos como las proteínas, las grasas, los prebióticos y los polifenoles inducen cambios en el microbioma. La estrecha relación entre la dieta, el microbioma y la salud sugiere que la modulación dietética puede orientar la formación de microbiomas que promuevan la salud y que luego puedan mantenerse a lo largo de la vida. Ahora es necesario orientar la nutrición hacia una gestión eficiente del microbioma, ya que está bien establecido que un funcionamiento óptimo del microbioma mejorará considerablemente el mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades.