Puca Edmundo*
El coronavirus tiene un genoma de ARN monocatenario de sentido positivo no segmentado de alrededor de 30 kb, encerrado en una tapa de 5′ y una cola de poli(A) de 3′. El genoma del SARS-CoV-2 tiene una longitud de 29.891 pb, con una sustancia G+C del 38%. Estas infecciones están rodeadas por una envoltura que contiene la nucleocápside viral. Las nucleocápsides de los CoV están organizadas en un equilibrio helicoidal, lo que refleja una característica atípica en ciertas infecciones de ARN de sentido. Las micrografías electrónicas del SARS-CoV-2 revelaron un diseño circular con cierto grado de pleomorfismo, anchos de virión que fluctúan de 60 a 140 nm y picos distintivos de 9 a 12 nm, lo que le da a la infección la presencia de una corona orientada hacia el sol. El genoma del CoV está estructurado directamente como 5'-UTR-replicasa-componentes auxiliares (SEMN)-3' UTR-poli(A). Los componentes de la proteína, como 3a/b, 4a/b y el componente de la hemaglutinina-esterasa (HE), también se observan combinados con los componentes básicos. También se ha descubierto que el SARS-CoV-2 está estructurado de manera similar y codifica algunas proteínas adicionales, aunque carece de la HE, que es común en algunos betacoronavirus. El genoma de sentido positivo de los CoV funciona como el ARNm y se denomina poliproteína 1a/1ab (pp1a/1ab). Un complejo de registro de replicación (RTC) está formado en vesículas de doble película (DMV) por proteínas no estructurales (nsps), codificadas por el gen de la poliproteína. En consecuencia, el RTC incorpora una disposición establecida de ARN subgenómicos (sgRNA) mediante transcripción discontinua.