Carmín Cataldo
El objetivo principal de este artículo es intentar dar un significado diferente a ecuaciones que suelen clasificarse como relativistas, como las conocidas transformaciones de Lorentz. Por un lado, ya no podemos negar que varios fenómenos pueden describirse eficazmente mediante las ecuaciones antes mencionadas; por otro lado, en términos generales, debemos reconocer que, aunque algunas relaciones matemáticas han demostrado ser evidentemente adecuadas para describir la realidad fenomenológica, su significado podría ser profundamente diferente del que estamos acostumbrados a atribuirles. Las teorías cosmológicas actuales contemplan la posibilidad de que nuestro Universo pueda caracterizarse por una curvatura positiva. En este caso, con la hipótesis habitual de homogeneidad e isotropía, nuestro Universo se imagina comúnmente como uniformemente extendido sobre la superficie de una bola de cuatro dimensiones. En este artículo, al menos se contempla la existencia de una dimensión espacial adicional: en otros términos, desde un punto de vista topológico, el Universo ya no se asimila a una envoltura esférica tridimensional, sino más bien a una bola de cuatro dimensiones cerrada. En consecuencia, el concepto de punto material debe sustituirse por el de segmento material. La distancia angular entre dos puntos es igual al ángulo formado por sus prolongaciones radiales; la distancia geodésica depende del valor de la velocidad. Naturalmente, la velocidad de la luz debe seguir considerándose constante e independiente del movimiento de la fuente. El tiempo se considera absoluto. Entre los diversos resultados, destaca la posibilidad de viajar aparentemente más rápido que la luz.