Ahmed Atia * y Nisrin Amabrouk
Debido al rápido crecimiento del sector de la atención sanitaria privada en muchas partes del mundo, las farmacias comunitarias se están convirtiendo en una fuente principal de atención sanitaria en la mayoría de los países de ingresos bajos y medios. Las farmacias comunitarias sirven como fuente principal de atención sanitaria para la mayoría de las personas en los países en desarrollo [1]. La calidad de los medicamentos es muy crucial debido a la creciente incidencia de medicamentos falsificados y de baja calidad a nivel mundial. Las farmacias comunitarias desempeñan un papel fundamental a la hora de garantizar la calidad de los productos farmacéuticos para la comunidad; sin embargo, la calidad de los medicamentos no se puede garantizar si no se almacenan o dispensan con precisión [2]. Una parte importante del suministro de medicamentos de buena calidad son las condiciones adecuadas de almacenamiento. Los entornos de almacenamiento de medicamentos afectan a la calidad posterior a la fabricación de los medicamentos y los suministros sanitarios. Los estudios muestran que la infraestructura de conveniencia para el almacenamiento de medicamentos que evita la contaminación y el daño a los productos farmacéuticos es un desafío principal en varios países del África subsahariana. Unas prácticas de almacenamiento adecuadas son vitales para garantizar la disponibilidad de medicamentos seguros, eficaces y de alta calidad para todos los pacientes.