Rajni Dawar Mahajan, Tabassum Yasmin y Anoop Kumar
Los trastornos de la glándula tiroides se encuentran entre los trastornos endocrinos más comunes que se encuentran en la práctica clínica. Las pruebas de función tiroidea se utilizan para evaluar el funcionamiento de la tiroides y diagnosticar la causa de las enfermedades tiroideas. El diagnóstico de la enfermedad tiroidea consiste en una historia clínica y un examen clínico, seguido de investigaciones confirmatorias específicas. Estas investigaciones son una herramienta de diagnóstico importante en la enfermedad tiroidea. También se encuentran entre las investigaciones más comunes solicitadas en los laboratorios clínicos. Estas pruebas son relativamente económicas individualmente, pero representan una cantidad desproporcionadamente grande de gastos de atención médica para pruebas de diagnóstico. La Asociación Estadounidense de Tiroides y la Asociación Estadounidense de Endocrinólogos Clínicos recomiendan la medición de TSH sérica como la prueba única más confiable para diagnosticar todas las formas comunes de hipotiroidismo e hipertiroidismo, particularmente en el ámbito ambulatorio. El objetivo de este estudio fue analizar el patrón de solicitud de pruebas de función tiroidea por parte de los médicos en el hospital de superespecialidades Rama. Durante el período de estudio del 1 de enero al 15 de julio de 2013 se recibieron un total de 483 muestras. Los pacientes ambulatorios representaron el 86,7% del total de muestras, con un máximo de solicitudes de medicina, seguido de obstetricia y ginecología. El 46% de las solicitudes fueron para pruebas de función tiroidea y aproximadamente el 46,7% para TSH solamente. Al analizar los resultados, se observó que el porcentaje de muestras con resultados normales fue de alrededor del 77% tanto en el perfil tiroideo como solo en TSH. Por lo tanto, concluimos que es necesario solicitar pruebas adecuadas de manera racional y rentable y un enfoque óptimo para identificar a los pacientes con disfunción tiroidea.