Ernesta Fabio1, Exequiel Tommasino2*, Philippe Grieu3
En el contexto del cambio climático, los eventos extremos se han vuelto más frecuentes. La primavera es la temporada de siembra del girasol. Eventos de heladas tardías o varios días de bajas temperaturas suelen ocurrir causando retrasos en el crecimiento del cultivo e incluso pérdidas en la densidad de plantas por hectárea. La tolerancia a bajas temperaturas es una característica importante considerando que el área de producción de girasol se está expandiendo a regiones marginales con condiciones de crecimiento subóptimas. Además, una práctica de siembra temprana para maximizar el período de crecimiento del girasol se implementa comúnmente en Argentina y en otros países. Un enfoque interesante para identificar genotipos tolerantes en programas de mejoramiento es explorar los caracteres bioquímicos y fisiológicos involucrados en la recuperación del crecimiento luego de la exposición al frío en plántulas de girasol. En esta investigación, se evaluaron las respuestas fisiológicas y bioquímicas de dos genotipos contrastantes de girasol. Los híbridos comerciales Pampero (PM) y Sierra (SA) fueron expuestos a un tratamiento de frío a 5°C durante 96 horas. El desempeño del crecimiento, el contenido de malondialdehído, las actividades de las enzimas superóxido dismutasa y catalasa, el contenido de clorofila y la pérdida de electrolitos se evaluaron a las 0, 24, 48 y 72 horas posteriores al tratamiento de frío. Se observaron diferentes patrones entre genotipos. El genotipo sensible PM mostró mayor daño oxidativo, menor estabilidad de membrana, actividades reducidas de catalasa y superóxido dismutasa, en contraste con el genotipo tolerante. Además, el genotipo tolerante SA mostró una gran capacidad para recuperar el contenido de clorofila y reiniciar el crecimiento, mientras que el genotipo sensible mostró solo un ligero aumento en el contenido de clorofila y un claro retraso en el crecimiento.