Pablo O'Connor
La ciencia verde (ahora denominada ciencia sostenible) es la parte de la ciencia que se ocupa de la estructura y el desarrollo de procesos y productos con el fin de reducir o eliminar por completo la creación y el uso de sustancias nocivas. La ciencia verde no es lo mismo que la ciencia ecológica. La primera se centra en el efecto ecológico de la ciencia y el desarrollo de prácticas económicas que sean respetuosas con el medio ambiente (por ejemplo, una reducción en el uso de recursos y procesos no sostenibles para controlar la contaminación ecológica). La última se centra en los efectos que tienen ciertas mezclas químicas nocivas o peligrosas en el planeta. Muchas reacciones de mezcla de mezclas que se realizan a escala mecánica requieren una gran cantidad de disolventes químicos. Además, estos disolventes también se utilizan modernamente para fines de desengrasado y limpieza. Sin embargo, se sabe que muchos disolventes tradicionales que se han utilizado para tales fines en el pasado son nocivos para las personas. También se sabe que todos los disolventes están clorados. Muchos procesos modernos suelen producir gases que no se pueden utilizar. A pesar de que existen procedimientos de envejecimiento de gases (en los que los microorganismos convierten una mezcla de gases en energía), la mayoría de los productos de los gases no tienen la combinación correcta de átomos necesaria para la maduración de los gases. El dihidrógeno, que suele ser esencial, es especialmente raro en los productos de los gases modernos. Para abordar esta brecha, LanzaTech Inc., con sede en Illinois, creó organismos exclusivos que pueden convertir los productos de los gases en energía sin dihidrógeno. Este proceso de desarrollo hace posible utilizar la maduración de gases en más entornos y más empresas, y las ventajas económicas de poder producir energía a partir de productos de los gases existentes son claras. Además, un análisis externo de LCA demostró que los combustibles producidos mediante el proceso de LanzaTech producen un 70% menos de sustancias que dañan la capa de ozono que los derivados del petróleo tradicionales, además de una reducción de la emisión de partículas y otros gases subatómicos que contribuyen al smog. En los mil millones de años de historia de nuestra Tierra, ha ocurrido un proceso sorprendente y excepcional de transformación gigantesca de la cantidad de CO2 presente en el aire y el agua en biomasa o biomateriales afectados por la energía solar, un proceso que llamamos fotosíntesis. Como resultado de este proceso, el CO2 en la atmósfera de la Tierra se redujo del 20% a ±250 a 300 ppm. Parte de estos biomateriales a lo largo de miles de millones de años se han degradado (o "fosilizado") y se han convertido en carbón, petróleo y gas, o lo que hoy llamamos fuentes de energía no renovables. La utilización acelerada de estos recursos fósiles a lo largo de los últimos 200 años ha provocado un marcado aumento del CO2, que ya se encuentra en 400 ppm, y también el aumento del metano (CH4) en el clima, lo que ha desencadenado un cambio de temperatura a nivel mundial. Es nuestro deber diseñar,Crear y aplicar la ciencia verde correcta utilizando los recursos naturales disponibles, como el CO2, el agua y los biomateriales, de una manera que no dañe el medio ambiente de nuestro planeta, es decir, de una manera indirecta y razonable. Se presentarán modelos de desarrollos en este campo estimulante durante los últimos 15 años, impulsando nuevas innovaciones, abriendo las oportunidades para: materiales avanzados y sintéticos a partir de biomasa y desechos de biomasa; combustibles y brebajes sintéticos a partir del CO2 y el agua del exterior, utilizando fuentes de energía limpias y sostenibles (solar, eólica, hidroeléctrica, etc.).