Zephanie Nzeyimana*, Gallican Nshogoza Rwibasira, Fraterne Manishimwe, Frieda S Winterhalter, Ella Larissa Ndoli, Tafadzwa Dzinamarira, Nicholas Njau Ngomi
Antecedentes: La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) que surgió en Wuhan, China en 2019 se propagó rápidamente por todo el mundo en menos de 6 meses. En junio de 2020, Ruanda albergaba aproximadamente a 149.602 refugiados. Alrededor del 92% de los refugiados vivían en campamentos, incluidos Kiziba, Gihembe, Nyabiheke, Kigeme, Mugombwa y Mahama. Si bien el mundo entero se encontraba en algún nivel de confinamiento, las personas que vivían en campamentos de refugiados y otros entornos similares eran más vulnerables a la pandemia que sus contrapartes que se quedaban en sus hogares. Las medidas de prevención como el distanciamiento social, el lavado de manos y el uso de mascarillas faciales a menudo eran difíciles de implementar en estos entornos. El estudio actual tuvo como objetivo evaluar las perspectivas de los profesionales de la salud que trabajan en campamentos de refugiados sobre la prevención de COVID-19 en entornos de campamentos.
Métodos: Este estudio fue un estudio transversal y debido a la restricción de movimiento del 14 de marzo al 3 de noviembre de 2020, recopilamos datos de forma remota compartiendo un cuestionario estructurado, en formato de Google, con los profesionales sanitarios a través de WhatsApp y correo electrónico. El cuestionario recopiló las perspectivas de los profesionales sanitarios sobre la viabilidad de las medidas de prevención de COVID-19, la prevalencia de las comorbilidades de COVID-19 y cómo se puede prevenir la pandemia en los entornos de los campos de refugiados. Los datos se analizaron utilizando estadísticas descriptivas de IBM SPSS V.21.
Resultados: Este estudio muestra que el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso de mascarillas son medidas viables en los campos de refugiados, votadas por el 71% frente al 100% de los profesionales sanitarios. Sin embargo, el confinamiento o el quedarse en casa difícilmente se pueden aplicar en dichos entornos, apoyado por el 80,6% de los encuestados. Con respecto a las condiciones comórbidas de COVID-19, las mujeres embarazadas en su último o reciente período de gestación y las enfermedades cardíacas como los trastornos hipertensivos fueron votadas como las más comunes en los campos de refugiados por el 56% y el 50% de los profesionales sanitarios, respectivamente. Las medidas para la prevención de COVID-19 en los campos incluyen la concienciación de la comunidad, la preparación y activación del grupo de trabajo de respuesta a la pandemia, la detención de las actividades de reunión masiva no esenciales y el seguimiento de las medidas de Prevención de COVID-19 durante la prestación de servicios esenciales.
Conclusiones: En general, excepto el confinamiento o quedarse en casa, otras de prevención de la COVID-19 como el distanciamiento social, el lavado de manos y el uso de mascarillas se pueden aplicar fácilmente en los campos de refugiados y otros entornos similares.