Sandra Martins y Janete Quelhas-Santos
El endotelio sano es un actor importante en el control de la fluidez sanguínea, la agregación plaquetaria y el tono vascular. Varios factores de riesgo presentes en algunas enfermedades promueven la disfunción endotelial, que se caracteriza por la reducción de la biodisponibilidad y el deterioro del efecto vasodilatador; como consecuencia, el endotelio no solo se vuelve disfuncional, sino que las células endoteliales también pueden perder integridad, progresar a la senescencia y desprenderse a la circulación. Un mecanismo de reparación es promovido por las células progenitoras endoteliales circulantes (EPC) reclutadas de la médula ósea. Las células endoteliales circulantes (CEC) pueden ser un indicador de daño vascular, mientras que las EPC circulantes pueden ser un biomarcador de reparación vascular. En realidad, existe una variedad de procedimientos que se pueden utilizar para ayudar en el aislamiento y cuantificación de las EPC. Esta revisión describe las funciones realizadas por las EPC en cada etapa del proceso de reparación, haciendo hincapié en los métodos actuales para identificar o cuantificar el linaje endotelial.