Gopalarao vuppala, Rama Krishna1 y Krishna Murthy
La aterosclerosis es una enfermedad crónica celular caracterizada por inflamación, deposición de lípidos, patología del tejido epitelial y proliferación de células musculares lisas (CML). El método de inflamación contribuye a la progresión del endurecimiento de las arterias. Muchos estímulos, como la lipoproteína alterada oxidasa (oxLDL), el factor de necrosis tumoral alfa (TNFα) o los radicales libres atribuibles al tabaquismo, inducen una composición proinflamatoria del tejido epitelial, expresando moléculas de adhesión en su superficie y cooperando en la progresión de la enfermedad [1]. El endurecimiento de las arterias es la principal causa subyacente de numerosas ECV, incluidas las enfermedades de las arterias coronarias (ECV), la interacción del músculo cardíaco, etc. Múltiples factores de riesgo se coordinan en una red bizantina para la progresión del endurecimiento de las arterias. Se ha demostrado que la inflamación desempeña un papel importante en la génesis del endurecimiento de las arterias, aunque su proceso patológico es extremadamente complejo. Se acepta generalmente que una patología del tejido epitelial compleja inducida por radicales libres, lipoproteínas de baja densidad (LDL), agentes infecciosos, estrés por cizallamiento, toxinas, enfermedad cardiovascular o una combinación de estos y otros factores da lugar a la aparición de aterosclerosis [2]. Y existe otra acción grave con estos, las múltiples disrupciones de placa (PD) son comunes en pacientes con enfermedad coronaria aguda (ACD), pero muchas de ellas suelen pasar desapercibidas en el momento de la angiografía coronaria. No se ha determinado la historia natural de estas PD, pero son potencialmente inestables porque están expuestas al flujo sanguíneo [20].
Muchos factores contribuyen a la aparición de induración de las arterias. En condiciones tradicionales, la pared de los vasos tiene su propia maquinaria para mantener el equilibrio de la estructura en forma de tubo. Sin embargo, el equilibrio se rompe cuando los estímulos metabólicos repetitivos resultantes de enfermedades cardiovasculares, resistencia hormonal o grasa golpean la pared de los vasos. La mayoría de estos estímulos alteran el equilibrio mediante el inicio de la inflamación que es el resultado de las células inflamatorias [3]. Se ha pronosticado que entre 1990 y 2020, estas enfermedades aumentarán en un 120% para las mujeres y un 137% para los hombres en los países en desarrollo, en comparación con el 30-60% en los países desarrollados. La induración de las arterias es la principal etiología de las enfermedades vasculares [4].