Ameeta Patil, SB Kale1 y Sharmila Vedhavathy Sornam
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica y frecuente que afecta predominantemente la piel y las articulaciones. La artritis psoriásica (APs), una artropatía asociada a la psoriasis, suele observarse años después de la aparición de las manifestaciones cutáneas y se presenta como rigidez matutina, hinchazón, dolor, sensibilidad en las articulaciones afectadas, dactilitis y entesitis. En este artículo, informamos de un caso de artritis psoriásica en un hombre joven con psoriasis en placas, que se presentó como una reacción adversa sospechada a un medicamento al 3% de licor picis carbonis (LPC), una preparación tópica de alquitrán de hulla. Teniendo en cuenta la complejidad del tratamiento que implica tratar la psoriasis y los eventos adversos consecuentes, vale la pena enfatizar la importancia de la evaluación de la causalidad y de atribuir un evento adverso a un medicamento en particular. El dermatólogo suele ser la primera interfaz en la que se pueden detectar los signos y síntomas de la APs, lo que lleva al inicio del tratamiento temprano y a la prevención de complicaciones.