Aneesh Sharma
En medio de cualquier crisis de salud pública en los Estados Unidos, es inevitable que haya un debate entre los responsables de las políticas, los funcionarios de salud pública y el público en general sobre las posibles causas del problema y cómo abordarlo. Un ejemplo claro es la epidemia de obesidad. Los investigadores suelen debatir las causas principales y la forma más eficaz de frenar la epidemia de obesidad en las comunidades de bajos ingresos y minoritarias. Una causa que se cita con frecuencia son los desiertos alimentarios: comunidades que carecen de acceso a una tienda de comestibles. Los desiertos alimentarios, que existen principalmente en las comunidades de bajos ingresos y minoritarias, han recibido mucha atención de los políticos y el público en general, incluso se han destacado en la campaña "Let's Move!" de Michelle Obama. Sin embargo, los expertos han cuestionado recientemente la creencia generalizada de que los postres alimentarios son la principal causa de obesidad en las ciudades estadounidenses, y también han cuestionado la viabilidad de las soluciones propuestas. Por otra parte, los pantanos alimentarios (comunidades donde las opciones de alimentación poco saludables superan con creces a las saludables) han sido legítimamente explorados -por funcionarios de salud pública y académicos por igual- como un posible factor contribuyente a la epidemia de obesidad. Este artículo analiza el impacto de los desiertos alimentarios y los pantanos alimentarios y los pasos propuestos por los académicos para resolver los pantanos alimentarios en Estados Unidos, aliviando así una importante y continua crisis de salud pública.