Kutsuna S*, Uesato T, Okoshi Y, Genma Y, Yoshino H y Yan K
Una niña de 13 años se presentó a nuestro departamento de urgencias con un historial de 4 días de fiebre, dolor de cabeza y confusión. Una tomografía computarizada (TC) cerebral de urgencia reveló múltiples hemorragias intracraneales y una hemorragia retiniana derecha. Su prueba de laboratorio mostró pancitopenia, así como coagulopatía severa. Por lo tanto, se sospechó LPA, un frotis de sangre periférica reveló promielocitos hipergranulares anormales con bastones de Auer, y el diagnóstico se confirmó mediante hibridación in situ con fluorescencia y análisis citogenéticos. La paciente fue manejada inicialmente con transfusiones de concentrado de plaquetas, glóbulos rojos, plasma fresco congelado, antibióticos, diuresis osmótica, ventilación mecánica y terapia de inducción de remisión con ácido retinoico all-trans (ATRA). Después de eso, la paciente logró la remisión molecular al día 50. Actualmente, un año después del diagnóstico, la paciente no tiene parálisis, y aunque tiene algunos defectos del campo visual. Si los pediatras y los médicos de urgencias sospechan un diagnóstico de leucemia promielocítica aguda, es importante iniciar el tratamiento adecuado de inmediato. Este caso demuestra que los defectos del campo visual pueden persistir después de la remisión