Yi Yin Zhang
La aprobación de los inhibidores de la tirosina quinasa (TKI) para atacar selectivamente tumores con mutaciones activadoras del receptor de proteína epidérmica (EGFR) marcó un hito revolucionario en el tratamiento del carcinoma de células no pequeñas (CPCNP) y señaló el amanecer de la medicina de precisión. Se descubrió que aproximadamente el 25% de los pacientes con CPCNP que nunca habían fumado o habían fumado poco tenían mutaciones activadoras del EGFR, y esta cifra será de hasta el 50% al 60% en pacientes asiáticos no fumadores cuyos tumores tienen histología de adenocarcinoma. Hay varias generaciones de TKI del EGFR aprobadas para uso clínico. Los TKI del EGFR de primera generación, gefitinib y erlotinib, inhiben el EGFR mediante la unión competitiva con ATP y demuestran mejoras notables en la supervivencia libre de progresión (SLP) en comparación con la quimioterapia doble con platino. Las generaciones posteriores de TKI se diseñaron para vencer la resistencia al tratamiento. Los TKI de segunda generación, afatinib y dacomitinib, inhiben de forma irreversible los cuatro receptores ERBB, incluido el EGFR. Por tanto, son inhibidores más invulnerables del EGFR, pero al precio de una mayor toxicidad. Osimeritinib, el único TKI de tercera generación disponible, está diseñado específicamente para centrarse en la mutación de resistencia T790M que surge con el tratamiento con TKI del EGFR, pero también muestra actividad contra tumores que albergan la deleción del exón 19 y las mutaciones puntuales L858R del exón 21.