Priya HR, Veena, Pavithra AH y Divya Joythi.
Las malas hierbas no sólo afectan negativamente a la productividad de las plantas, sino que muchas de ellas también causan riesgos para la salud de los seres humanos y los animales. También afectan gravemente a la biodiversidad. Aparte de esto, pueden tener numerosas propiedades beneficiosas de una forma u otra y tienen un inmenso potencial como alimento y forraje, recursos medicinales, aromáticos, fitorremediadores, industriales, de conservación del suelo y del agua, etc. La agricultura orgánica se define como un sistema de producción que evita o excluye en gran medida el uso de fertilizantes sintéticos, pesticidas, reguladores del crecimiento y aditivos para piensos para el ganado en la medida de lo posible. Los principales objetivos de la agricultura orgánica son lograr la seguridad alimentaria y nutricional, fomentar el mantenimiento a largo plazo de la fertilidad del suelo, la productividad de los cultivos y la salud del suelo, fomentar y mejorar los ciclos biológicos dentro del sistema agrícola, involucrando microorganismos, flora del suelo, fauna del suelo, plantas y animales. Esto también ayuda a conservar, desarrollar y utilizar los recursos naturales de manera eficiente, reciclar/reutilizar materiales de biomasa ya sea en la granja o en otro lugar para minimizar la contaminación que puede resultar de las prácticas agrícolas. El material biodegradable de origen microbiano, vegetal o animal debe constituir la base del programa de fertilización en la agricultura orgánica. En general, en la India, el abono orgánico y el compost son las principales fuentes de abono. Sin embargo, estos se han vuelto escasos y costosos debido a la reducción de la población de ganado y al aumento de la mecanización. Además, las aplicaciones de abono de hojas y la incorporación de residuos de cultivos también se practican en cierta medida. Hay algunas especies de malezas que están ampliamente disponibles y que también se pueden utilizar como abonos orgánicos.