Nitin Parashar, Banu Pratap, Kritika Singh y Yash Kapoor
La creciente conciencia del cambio climático ha aumentado las preocupaciones en relación con nuestros estilos de vida y nuestra eliminación impredecible de desechos. Durante la última década, hemos estado tratando de abordar este problema abrumador, cada vez con más fuerza. Examinamos aquí momentáneamente nuestros esfuerzos en los Estados Unidos dirigidos al problema de los desechos sólidos y, en particular, los desechos plásticos. Estos esfuerzos han comenzado a mostrar resultados prometedores. Los desechos sólidos metropolitanos (MSW) entregados anualmente, por ejemplo, han comenzado a disminuir, por ejemplo, de 211,5 millones de toneladas en 1995 a 209,7 millones de toneladas en 1996. Las tasas de reutilización y tratamiento del suelo están aumentando. La eliminación en vertederos está disminuyendo (del 60,9% al 55,5% en 1996). La eliminación de basura mediante la quema también está aumentando. Esto se debe principalmente a la mayor eficiencia de los nuevos incineradores y a su capacidad para la evacuación de partículas y gases nocivos. Los plásticos son una parte pequeña pero importante del flujo de residuos. Es apremiante observar que la cantidad de plásticos que se reutilizan ha aumentado considerablemente. En 1997, se reutilizaron alrededor de 317 millones de kg de botellas de polietileno de alta densidad (HDPE) y 294 millones de kg de botellas de tereftalato de polietileno (PET). Se está investigando la reutilización de productos resistentes, como piezas de automóviles, revestimientos de suelos, carcasas y piezas de aparatos electrónicos y de maquinaria. Se están teniendo en cuenta la similitud natural y la reciclabilidad durante el diseño de nuevas piezas. Los estudios del ciclo de vida y el consumo también se están considerando como herramientas para la dinámica.