Aditya K. Aggarwal
AntecedentesLa artroplastia total de rodilla (ATR) es una de las estrategias quirúrgicas más exitosas y efectivas para mejorar la calidad de vida de los pacientes con artritis terminal de rodilla. La pérdida de sangre significativa que ocurre en la ATR debido a cortes óseos da como resultado hematomas en la herida, dolor posoperatorio, formación de seroma y artrofibrosis, lo que conduce a un resultado final deficiente. La ATR realizada bilateralmente bajo anestesia única da como resultado una pérdida de sangre perioperatoria sustancial. Se han empleado muchas estrategias, incluido el uso de plasma rico en plaquetas (PRP) y ácido tranexámico (TXA), para minimizar la pérdida de sangre perioperatoria y la demanda resultante de transfusión de sangre alogénica [1-3]. Algunos investigadores han informado los efectos beneficiosos del TXA en la ATR cuando se usa en forma inyectable [4]. Pero los cirujanos de artroplastia han planteado el problema de la seguridad del TXA intravenoso (IV) debido al riesgo de trombosis venosa profunda (TVP) o tromboembolia pulmonar en pacientes de alto riesgo. Aunque pocos estudios han destacado la eficacia del ácido tranexámico local [2, 5, 6], todavía no es una vía de administración muy aceptada entre los médicos.