Sanjana Kesarwani
El mercurio ocupa el tercer lugar, según la Biblioteca de la Oficina de Sustancias Nocivas y Enfermedades del Gobierno de los Estados Unidos, entre los componentes o sustancias más tóxicos del mundo, después del arsénico y el plomo, que se siguen descargando en nuestros ríos y suelos, se vierten en nuestro clima y se ingieren en nuestros alimentos y agua. Las actividades humanas han aumentado casi significativamente la cantidad de mercurio en el clima y el peso ambiental aumenta un 1,5 por ciento cada año. El mercurio (Hg) circula de forma generalizada en el clima y es innecesario y perjudicial para el cuerpo humano. El mercurio se considera uno de los principales contaminantes orgánicos, se utiliza habitualmente en la industria, la agricultura y la medicina, y circula en los sistemas biológicos, pero rara vez se elimina. No obstante, los daños causados ??por el mercurio inorgánico en los niños que utilizaron polvos dentales que contenían compuestos de mercurio, que se describieron como acrodinia o enfermedad rosada, se describieron como sudoración abundante y erupción eritematosa en las palmas de las manos y las plantas, sensibilidad al tacto descamativa y dolorosa, anorexia, agotamiento, irritabilidad, aislamiento, fotofobia y polidipsia.\r\nEs evidente por la cantidad de estructuras orgánicas y funciones celulares afectadas por el mercurio que la exposición a los diferentes tipos de mercurio es perjudicial para la salud general. La evaluación de los efectos epidemiológicos de la intoxicación por mercurio a lo largo de los años ha contribuido significativamente a la comprensión de la nocividad del mercurio y su efecto en los seres humanos.