Tetiana Zinchenko
Numerosos estudios clínicos han demostrado que las personas con TG y TGI padecen otros trastornos mentales en la gran mayoría de los casos (70 - 92%). Al mismo tiempo, la depresión es uno de los trastornos mentales concomitantes más comunes en estas dependencias conductuales. Se diagnostica en el 37,9-60% de los pacientes con TG. Los metaanálisis de 21 estudios y revisiones sistemáticas encuentran un alto grado de correlación entre TG y depresión en el 75 -89% de los estudios. Este estudio examina los síndromes clínicos, los cambios neurobiológicos y las consecuencias sociales negativas que pueden contribuir a la depresión y los estados de ánimo suicidas en el TG y el TGI. En los pacientes con TG, existe un alto riesgo de suicidio en el 50%, en el 80% hay pensamientos suicidas, que en el 48-49,2% de los casos tienen un carácter constante y obsesivo, el 12-35,8% comete intentos de suicidio. El suicidio es la principal causa de muerte (31%) en esta categoría de pacientes. Los investigadores de diferentes países han descubierto que el riesgo de suicidio (pensamientos, intentos) es elevado en los pacientes con TGI. Según diversos estudios, el riesgo de suicidio en los pacientes con TGI es 2-3 veces mayor que en la población general. El análisis de estudios clínicos y neurobiológicos, así como de casos clínicos propios, revela que la desregulación emocional, el malestar emocional constante, los estados alterados de conciencia experimentados con una violación de la autoidentificación durante el juego, así como el aumento de las consecuencias sociales negativas, son factores de riesgo predisponentes para el desarrollo de la depresión en estas dependencias conductuales. Los estudios morfométricos han demostrado que el TGI y el TDG están asociados con anomalías estructurales en la materia gris (GM), como la disminución del volumen de materia gris (GMV) en la corteza frontal, cingulada, insular, parietal, amígdala e hipocampo. En las mismas zonas, se encuentra una disminución del volumen de materia gris en el síndrome de estrés postraumático como resultado de un malestar crónico severo y depresión. La disminución del volumen de materia gris en estas áreas del cerebro se observa debido al efecto debilitante del distrés crónico sobre el sistema nervioso central. Los indicadores del distrés experimentado son los cambios funcionales y estructurales en el cerebro, los cambios vegetativos, los cambios en la secreción de hormonas del sistema hiposuprarrenal y los neurotransmisores: cortisol, noradrenalina y epinefrina. Todo esto lo observamos en pacientes con IGD y DG. En cuanto a la secuencia temporal, los estudios longitudinales han encontrado una relación bidireccional entre la depresión y la gravedad de los síntomas de la adicción. Con base en todos los resultados obtenidos, podemos concluir que los jugadores dependientes pueden ser tanto personas inicialmente mentalmente sanas, como aquellas que ya han experimentado manifestaciones clínicas y subclínicas de depresión. En el primer caso, la depresión se agregó en el proceso de agravamiento de los síntomas de la adicción, y en el segundo, los síntomas depresivos aumentaron y empeoraron. Pero cuando se restableció la actividad de vida saludable, la gravedad de los síntomas de la depresión también disminuyó.Este estudio también muestra que las tecnologías de la información y los juegos son el principal factor de riesgo para el desarrollo tanto de la adicción como de la psicopatología comórbida, llegando incluso a la conducta suicida.