Rafael A. Muchanga
Dependiendo del manejo, los cultivos de cobertura pueden mejorar la calidad del suelo y del medio ambiente y el rendimiento del tomate. Evaluamos los efectos del manejo de los residuos de arveja peluda y el bicultivo de arveja peluda (Vicia villosa R.) y centeno (Secale cereale L.) sobre el carbono orgánico del suelo (SOC), el nitrógeno de la biomasa microbiana (MBN), el nitrógeno inorgánico del suelo y el rendimiento del tomate durante dos años en un túnel alto de plástico en Sapporo, Japón. El SOC en la superficie a 10 cm de profundidad fue de 2,87% a 17,5% significativamente mayor en los tratamientos de incorporación de arveja peluda, mantillo de arveja peluda y el bicultivo de arveja peluda y centeno, que en un tratamiento sin cultivo de cobertura (barbecho desnudo). El nitrato−N residual del suelo, sujeto a pérdidas por lixiviación después del invierno, aumentó con los cultivos de cobertura, más con la incorporación de arveja peluda y el mantillo que con el bicultivo. El MBN y el N inorgánico (NO3-−N + NH4+−N) fueron mayores en la incorporación de veza peluda que en el mantillo de veza peluda o en el bicultivo. El rendimiento total de tomate fue de 11,1% a 43,8% significativamente mayor en la incorporación de veza peluda y mantillo que en el barbecho desnudo. Sin embargo, los efectos del bicultivo en el MBN, el N inorgánico y el rendimiento de tomate variaron con la relación C/N de los residuos y los mejores resultados se obtuvieron con una relación C/N de 17,6 que con 23,7. Por lo tanto, si se utiliza una relación adecuada de siembra de veza peluda a centeno (2:1), el bicultivo es una mejor práctica de manejo para aumentar el SOC en la capa superficial del suelo y el rendimiento de tomate con el menor N residual.