Kaj Klaue
En posición de apoyo, el centro de gravedad del cuerpo humano se mantiene perpendicularmente en la zona de contacto de los pies con el suelo. Esta superficie forma un denominado «polígono de apoyo». En comparación con otras especies de mamíferos, debido al bipedalismo, este polígono es muy pequeño. Cuanto más pequeño es el polígono, más crítico es el equilibrio en estática, al caminar y al correr. Así pues, parece evidente que los ejes osteoarticulares del pie deben responder a una alineación muy precisa en relación con el centro de gravedad del cuerpo para no perder el equilibrio. La estabilidad de la postura es activa, ya que los múltiples huesos y articulaciones adaptativas son accionados por 10 músculos extrínsecos que adaptan constantemente una construcción mecánica precaria.